Existe un aspecto de la gestión empresarial en la cual todos los gerentes están de acuerdo: sin una estrategia clara y convincente el negocio fracasará.
Pregunte a cualquier persona lo que entiende por estrategia y la definirá como algún tipo de plan futuro. Después indague qué estrategia sigue realmente un competidor o incluso esta misma persona. Lo más probable es que describa los comportamientos pasados como patrones de acción a lo largo del tiempo. Por ello, la estrategia resulta uno de conceptos que la gente define de una manera y suele utilizarla de otra. La razón es sencilla, necesitamos la palabra tanto para explicar las acciones del pasado como para describir el comportamiento futuro.
Por estas razones, con frecuencia nos encontramos en situaciones de ambigüedad estratégica. ¿Por qué pasó esto? Las condiciones del mercado cambian rápidamente, los clientes tienen más opciones, los recursos son limitados, la gente rota y las búsquedas se prolongan. El acto seguido de este razonamiento es evitar las inversiones, diferir las decisiones y congelar recursos.
Por más que el miedo, la incertidumbre y la duda impulsan este comportamiento cuando la estrategia no está clara, muchos gerentes encuentran formas de proporcionar una dirección estable y realista para liderar con confianza.
En un artículo publicado en enero de este año en la Harvard Business Review, Lisa Lai – profesora de Harvard Business School -, menciona tres aspectos para posicionarse mejor ante la ambigüedad estratégica.
Tomar acción pragmática y operar a corto plazo
Primero enfocarse en lo que se “puede controlar”. ¿A qué clientes atiende su equipo hoy y qué esperan o necesitan de usted? ¿Cómo puede desempeñarse mejor, más rápido o de manera más inteligente para cumplir con la promesa de servicio? ¿Cómo puede su equipo contribuir a eso? Cuando llega la incertidumbre, ante todo, hacer un buen trabajo.
Luego realizar apuestas inteligentes. ¿Qué es lo más probable que suceda? ¿Qué conoce sobre el entorno que afecta a su empresa? ¿Qué opciones se están discutiendo? Comience a trabajar sobre un estado futuro, incluso sin el panorama completo.
Posteriormente planifique estrategias a corto plazo. ¿Qué proyectos puede ejecutar su equipo en 30, 60 o 90 días que beneficiarán a la organización independientemente de la dirección que tome la estrategia?
Cultivar la estabilidad emocional en el equipo
Las preguntas surgen naturalmente: ¿Cómo afectará la incertidumbre a su equipo? ¿Y si todo lo que está haciendo hoy se altera? ¿Qué pasa si esto implica cambios de trabajo, despidos o pérdida de recursos? Aprenda todo lo que pueda para estar informado, no solo para reaccionar a los rumores e insinuaciones. Solicite a otros miembros de la organización información, contexto y claridad. Así, podrá anticipar las preguntas de su equipo y preparar las respuestas para brindar confianza.
Mantenga la comunicación con su equipo. La incertidumbre puede hacer que se comunique con menor frecuencia y transparencia. Aunque no tenga claridad, las situaciones ambiguas requieren más comunicación. Comparta sus propias emociones y reconozca las de su equipo de manera productiva.
Acceder a la experiencia de otros gerentes
Recuerde que no está solo. Tiene una red de personas y colegas que probablemente enfrentaron desafíos similares y puede aprovechar sus experiencias asesorándose.
La capacidad de prosperar durante períodos de incertidumbre estratégica permite reconciliar el cambio y la estabilidad. Actuar pragmáticamente y demostrar estabilidad emocional le brindarán un gran soporte para liderar con convicción.