(Nota: el autor no conoce en profundidad las problemáticas de la Caja de Profesionales Universitarios, simplemente utiliza su involucramiento como afiliado para proponer una solución y presentar un nuevo modelo de gestión).
Imagínenos una máquina expendedora que no sólo funciona con dinero y nos da una bebida a cambio, sino que también utiliza ese dinero para reordenar automáticamente los productos. Esta máquina también ordena servicios de limpieza y paga el alquiler e impuestos por sí misma. Además, todos quienes hayan invertido dinero en la máquina tienen voz y voto en cuanto a qué bebidas ofrecerá y con qué frecuencia deberá limpiarse. No tiene administradores ya que todos esos procesos fueron preescritos en un código mediante software.
Esa analogía permite presentar un modelo de gestión llamado DAO - Organización Autónoma Descentralizada -, organizado entre personas a través de internet y basado en la tecnología blockchain (cadena de bloques) de la red Ethereum, en donde además de registrar transacciones se habilita la programación de contratos inteligentes para crear reglas transparentes y automáticas, con el objetivo de que ante ciertas situaciones sucedan cosas específicas, y un mecanismo de resolución entre sus miembros para cuando esas reglas no aplican.
Tomemos el mismo ejemplo de la máquina expendedora y llevémoslo a la Caja de Profesionales Universitarios. Una DAO para la Caja de Profesionales Universitarios registraría cada aporte de los afiliados en la cadena de bloques y aseguraría su trazabilidad, segmentaría a los profesionales y los pasivos otorgando certificados y pagos de jubilación de acuerdo a reglas predefinidas, controlaría el presupuesto y calcularía de forma exacta el monto a recibir por cada aportante en un futuro de jubilación. Además, cada una de las transacciones financieras estarían disponibles para su revisión asegurando la transparencia.
Disrupción en la gobernanza
El punto más innovador radica en que daría a cada persona afiliada la oportunidad de dar forma a la organización, ya que se programan en código abierto y visible para cualquier persona. Al no existir una estructura jerárquica, las ideas para su mejor funcionamiento o la consideración de determinadas excepciones pueden ser presentadas por una persona afiliada y contempladas por toda la organización. Tanto la presentación de una propuesta como la votación a favor de la misma requiere que la persona afiliada gaste una cierta cantidad de dinero (a través de tokens), por lo que la empuja a evaluar sus decisiones y a no perder tiempo en soluciones ineficaces. Ese dinero o tokens permite a los afiliados obtener derechos políticos y económicos dentro de la organización. El propio sistema de incentivos de la DAO lleva a regular su forma de gobierno para la toma de decisiones. Al no tener una gestión centralizada, el código reemplaza a los administradores, directores y gerentes, y son los titulares quienes deciden de forma democrática y participativa.
Actualmente las DAO no tienen asidero jurídico regulado, dado que no es posible concebir una organización íntegramente alojada en la blockchain, descentralizada y automatizada en su integridad. Sin embargo, es importante analizar estas nuevas formas de gobierno y gestión que surgen con las nuevas tecnologías porque mejoran la sociedad en su conjunto.
Diferencias entre organizaciones tradicionales y las DAO
Organizaciones tradicionales
Gobernanza: jerárquica, de arriba hacia abajo, generando cuellos de botella.
Confianza: establecida a través de relaciones personales y habilidades sociales.
Toma de decisiones: son tomadas por el directorio o la gerencia.
Privacidad: la actividad realizada por el directorio o la gerencia es privada y reservada.
DAO
Gobernanza: basada en software, asegurada dentro de los contratos inteligentes de la blockchain.
Confianza: en función a la criptografía matemática y redes de computadoras.
Toma de decisiones: mecanismo de votación a través de tokens.
Privacidad: la actividad es transparente, accesible y pública al quedar registrada en la blockchain.