Hacé este chequeo rápido:
No tenés foco: Si “todo cliente sirve”, no tenés estrategia.
Los resultados dependen más del esfuerzo del equipo que del modelo de negocio: Si crecer = trabajar más, no = trabajar mejor, hay un problema.
Tomás decisiones reactivas: Si cada semana estás “apagando incendios”, no estás dirigiendo.
No sabés qué proyectos decir que NO: La falta de filtro es señal clara de falta de rumbo.
La empresa creció, pero la forma de decidir sigue siendo la misma del inicio: Eso siempre explota.
Hay síntomas blandos: incertidumbre del equipo, desgaste, roles difusos, choques entre socios.
Si dos o más puntos se cumplen, no necesitás un “plan”: necesitás redefinir hacia dónde va la empresa y por qué.
Mentoría:
Es un espacio real de dirección, pensado para dueños, dueñas, directores, directoras y socios que cargan la responsabilidad de decidir:
Creamos un ámbito tipo directorio para pensar sin ruido.
Revisamos costos, finanzas, estructura, procesos, marketing y modelo de negocio (lo que haga falta).
Te acompaño quincenalmente, con análisis entre sesiones, actas y seguimiento por WhatsApp.
El foco está en vos, tu criterio y tus decisiones.
El resultado es que dirigís con más claridad, menos dispersión y más coherencia.
Consultoría:
Trabaja más sobre la empresa que sobre la persona.
Diagnósticos, informes, soluciones.
El consultor hace el trabajo técnico.
Reuniones cada 2 semanas, con enfoque en decisiones, no en tareas.
Vos traés temas. Yo los ordeno, cuestiono y doy marco.
No un “paquete estándar”:
Análisis de costos
Análisis financiero
Procesos
Estructura
Marketing y comercial
Modelo de negocio
Identificamos opciones, riesgos, prioridades y secuencia lógica de acción.
Actas después de cada sesión.
Revisión de información entre reuniones.
WhatsApp para sostener compromisos y evitar desvíos.
La estrategia no es un documento: es una forma de decidir.
Corregimos rumbo cuando cambia el contexto o aparecen nuevas variables.
Sin humo, sin garantías mágicas, sin promesas vacías.
Los resultados típicos que se concretan en pymes y empresas que trabajan conmigo son:
Sabés exactamente qué hacer, qué no hacer y por qué.
Menos impulsos, más criterio.
Menos urgencia, más dirección.
“Para quién”, “qué hacemos”, “cómo ganamos dinero”.
Tres respuestas alineadas, no tres discursos distintos.
Roles, procesos, prioridades y foco.
No burocracia: claridad.
Cuando hay rumbo, baja el ruido.
No necesariamente más rápido; sí más inteligente.
Crecer 10x en 90 días.
Soluciones instantáneas.
Evitar la incomodidad (el cambio siempre incomoda).